20 enero 2012

Visiones de un entrerriano en Tokio. Entrevista a Blas Tavani




Hace tres meses Blas vino a casa vestido de negro en un día de calor y se despidió: "Me voy a Tokio", nos dijo con la misma seguridad que un polinesio antiguo confirmaría la redondez de la tierra. Blas sabía algo, intuía, pero se tiraba al vacío, igual que aquel perdido habitante de las antípodas. Tomamos unas cervezas, él había sacado de su maletín un queso y una bolsa de maní japonés, quizás ya signado por las coordenadas de aquella fabulosa insula de luz e historia nipona. Tomamos esas cervezas y lo oía, sus planes eran simples, ambiciosos y perfectos: probar suerte en la tierra donde la suerte se regula con un chip. "Tirarse a la pileta, ver qué pasa, caminar y esperar" Esos eran los planes de Blas. Eso son hoy sus planes. Hace tres meses que el amigo Blas, ya es tiempo de hablar de él con este ilustre cargo, está en Tokio. Viviendo en la isla de los terremotos, los dominios perfectos del dios Cronos y de los suicidios, de lo calculado y la desesperanza. Tokio, está lejos. Es otro mundo, todos los días, desde aquel día en el que pisó suelo nipón, nos comunicamos con Blas. Mientras que él comienza la jornada, yo lo estoy terminando, o visceversa. Las Antípodas. Y, obstinado, este entrerriano valiente, se levanta todos los días a caminar por las calles de esta atribulada ciudad. Creo que nada puede ser más opuesto que un entrerriano -hombre de lento andar- en la isla de la velocidad y el caos controlado, por eso siento interés en saber cómo está Blas todos los días. Cuán grande es esa pileta en la que se tiró, qué profunda y si es clara u opaca el agua que le da identidad. Con Blas hemos compartido muchas noches, soñando dominar el mundo, casi siempre eso, cómo hacerlo, de qué manera influir en el Orbe para luego ser los emperadores de ese engendro. Blas es sobre todo una persona paciente y observadora, y un loco. Sólo un loco podría probar tirarse en una pileta de la escala de la isla del Sol Naciente. Personas así, han hecho los descubrimientos más maravillosos en el mundo. Aquí les presento a Blas, el entrerriano que camina por las calles de Tokio. Ah, Blas tiene 22 años, y para mi entender, ya dominó el mundo.

1- ¿Cómo es Tokio?
Tokio es una ciudad moderna en el sentido más estricto de la palabra. Posiblemente es la única ciudad moderna. Una ciudad que excede toda cuadrícula y funciona sin ningún tipo de fricción. El sistema arremete segundo a segundo, sin retrasos. Siempre en el minuto y en el segundo marcados, señalados. Porque en Tokio todo está marcado y señalado. Tokio es un gran parque de diversiones. Tokio es una zona gris, la zona gris donde está todo marcado y señalado, adornada y coloreada a gusto del "consumidor". Es el Lager del futuro, 12 horas más adelante que el resto.

2- Los ciudadanos son respetados? ¿El Estado está presente?
Todos son respetados más que como ciudadanos, como consumidores. Como gente "conveniente". Acá existen, cuadra a cuadra, negocios apodados "conbini" de "convenience store". El respeto es la base de la cultura y tradición orientales, es el método. No obstante, eso también es sistematizado. Por el Estado, por los poderosos. Porque el Estado está siempre en todas partes. En carteles, avisos sonoros y guardias. Todo, absolutamente todo, está guardado y registrado. Vigilado.

3- ¿Cómo es tu día allí en Tokio?
Mi día acá es tal lo ha sido siempre en todas partes. Camino mucho porque no me gusta girar sobre el eje de las máquinas. Busco en vano, completamente en vano, trabajo. Porque en el mundo moderno no es posible trabajar sin una visa de trabajo. Me esfuerzo por llegar al final del día, que es pronto porque en Tokio oscurece a las 5 de la tarde. Entonces, sin haber comido o tomado nada, me encierro en silencio en la habitación que alquilo a emborracharme discretamente con un vaso de vodka, una lata de verdel y una sopa instantánea. Acá la comida no es barata. Siempre dejo andando alguna película, como ahora "Las Veredas de Saturno". En los días sin salidas me encierro a leer, tal lo he hecho siempre en todas partes.

4- Qué desayunan, almuerzan y cenan los japoneses?
Los japoneses desayunan, almuerzan y cenan comida de "combini". Comida rápida. En general la ciudad no da tiempo a hacer otra cosa que comprar la comida hecha, "bento", y comerla adónde sea. La industria gastronómica japonesa es realmente espectacular, cuadra a cuadra abundan negocios de comida rápida de todo tipo y clase. Es impresionante. Comer en Japón no es una necesidad, es un pasatiempo. Una forma de dilatar el tiempo entre que se entra al trabajo y se regresa al hogar sin distraerse en lecturas siempre vanas ni introspecciones de ningún orden. Cada vez son más los obesos en Japón.

5- Que es lo más raro que encontraste en un supermercado?
Lo más raro que encontré en un supermercado fue alcohol etílico. Porque lo encontré una sola vez y nunca más. Según un policía japonés con el que en una noche compartimos unos vodkas, está prohibido consumir alcohol etílico como bebida. Aparentemente es por eso que es tan difícil de encontrar, hasta en las farmacias. Siempre está diluido o alterado. Una sola vez en 3 meses encontré alcohol etílico en el supermercado central del barrio en el que estoy viviendo. Es un supermercado de 6 pisos.

6- Hay kioskos? Cuánto sale una cerveza, un vino?, una pizza?
Hay kioskos por doquier pero son todos kioskos automáticos, sin nadie que te esté atendiendo. Son máquinas surtidoras siempre eficientes, siempre con "stock". La cerveza acá es buena, rica. Fuerte. Y cuesta lo mismo. Pero el vino es una inmundicia, en general los únicos vinos que se encuentran son chilenos y más que vino parecen agua coloreada. Ahora, las pizzas, salen caras y en general les falta hasta el aspecto de una pizza. Es difícil llegar a saciarse en Japón, al menos para alguien sin trabajo o, claro está, para alguien sin visa de trabajo.

7- Cómo es un dia normal de un japonés?
El día normal de un japonés es, si se está trabajando, correr atrás del tren. Siempre están tratando de estar lo menos posible en la calle, la esquivan. Cuando no trabajan pasean mucho por los parques, sacan sus "sets" de cámara fotográfica o de equipo de béisbol, siempre nuevos y completos con todos los accesorios. Y los que no tienen trabajo ni casa deambulan de estación en estación hasta que llega la noche, entonces se esconden en alguna alcantarilla o, en el mejor de los casos, en algún subterráneo. Cuando ni corren atrás del tren tratando de estar lo menos posible en la calle ni pasean mucho por los parques ni deambulan de estación en estación, por lo general, están procreándose.

8- A qué hora se depierta y se duerme la ciudad? ¿Cuántos dólares necesitas para vivir un dia?
El horario comercial va desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche y el horario en que se despierta y se duerme en la ciudad es, claro está, más o menos el mismo. Sobre todo porque el sistema de trenes y subterráneos deja de funcionar después de la medianoche. Probablemente para desalentar a la gente en sus noches blancas, todos siempre están corriendo atrás del último tren no importa la celebración. Y en un día largo, muy bueno y largo, se pueden llegar a gastar 40 dólares. Yo, por ejemplo, logré vivir a 15 dólares diarios. La comida no es barata pero el transporte es caro.

9- Cómo conviven la modernidad y lo tradicional en Japón?
Si bien no es la Asiria ni mucho menos, son realmente cuidadosos de sus antigüedades. Las disfrutan mucho y las respetan. Mas es llamativo como mientras más joven es la persona, menos sabe de su tradición. Yo vine a Japón en busca de algo específico, un solo libro, el libro del guerrero, el famoso Hagakure, y realmente me costó encontrarlo. Y no porque no hable el idioma, lo hablo lo suficiente. No sé exactamente cómo va a ser la respuesta de un joven argentino empleado en una librería si le pregunto por el Marín Fierro pero posiblemente lo conozca y ya lo haya leído. El Hagakure es ese tipo de libro y hasta ahora solamente 1 japonés lo reconoció. Y se encantó con mi elección, según ese 1 japonés es nada menos que la "biblia japonesa" y yo no soy un hombre de fe pero adoro esos rastros de amor y libertad que estarán por siempre escritos en las distintas biblias. Lamento mucho no poder creerles.

10- Estan acostumbrados a los terremotos?
Los japoneses están cada vez menos acostumbrados a la catástrofe y a las banderas piratas, es difícil pensar en un artista japonés pintando los últimos instantes del naufragio de La Balsa de la Medusa en vez de una japonesa entreteniéndose en su intimidad con un pulpo gigante. Tal era El Sueño de la Mujer del Pescador, según Hokusai. No, no están acostumbrados a los terremotos pero están preparados. Están preparados para absolutamente todo justamente porque no están preparados para absolutamente nada. Sea acaso ésta su paradoja y todos somos una paradoja. Al menos la mayoría, teme por su vida constantemente, hasta al cruzar una calle.

11- Tienen algún recuerdo de las bombas atómicas?
Lamentablemente no pude hasta ahora hablar del tema con un japonés, supongo que debe ser difícil lograrlo. Hablar de la Segunda Guerra con una alemana huérfana de esa misma guerra me llevó años. Sin embargo, me atrevo a decir que sí, que sí tienen el recuerdo. Más allá de su exagerada fascinación por los Estados Unidos, que es desagradable a veces. Los subterráneos son ciudades que están enteramente construidas bajo tierra, como refugios nucleares entrelazados por miles de miles de túneles y escaleras. Se puede atravesar la ciudad entera sin salir a la superficie en ningún momento.

12- Cómo es el servicio público de transporte?
El servicio público de transporte es simplemente perfecto. Según he preguntado a algunos que conocen más que el Japón y la Argentina, el servicio público de transporte japonés es el mejor del mundo. Y yo les creo. Funciona al segundo, al milímetro. Si está avisado que en ese mosaico amarillo va a parar la primera puerta del primer vagón, en ese mosaico amarillo va a parar la primera del primer vagón. En el segundo del minuto de la hora del día del mes del año anunciado.

13- Cómo formas parte de su sistema?
Como suelo formar parte de cualquier sistema, al borde, excluido por defecto. o por exceso, no lo sé. No me gusta andar excepto a pie, es sabido que tengo un gran par de botas. Como una sola vez al día, a la noche, encerrado en una habitación en silencio y soledad. No me gusta comer afuera, no me gusta comer al lado de desconocidos. Ni mucho menos, tomar. Tampoco compro ropa, toda la que necesito, 2 mudas, entra en mi bolso de mano. Si hace frío alcanza con mi sobretodo. La vida sana al aire libre me espanta, es mala para mí. En resumen, solamente formo parte de este sistema para alterarlo o romper algo, sin querer.

14- Qué es el suicidio para un japonés?
Una salida a la presión del padre. Uno como hijo debe vida al padre. Uno como hijo debe satisfacción al padre. Si bien no existe disciplina como la disciplina japonesa, es lo mismo en todos los países de Asia. Así que los estudiantes que están bajo demasiada presión se suicidan en las vías de los trenes. Por lo general eligen la línea que encierra a toda la ciudad, Yomanote-Sen. Es la que mejor corre, rápido y fuerte. Es una muerte en el instante. Entonces uno se convierte automáticamente en un "accidente suicida", avisan los monitores. Ya no se es siquiera alguien. Media hora alcanza para limpiar el "accidente suicida" de las vías pero por lo general la gente que está siempre apurada sale a reclamar el valor del viaje. Yo nunca lo reclamé.

15- Qué extrañas de Argentina?
Extraño a mis amigos, qué es la vida de un hombre sin amigos. Cómo aprender sin amigos, porque el libro también es un amigo. Solamente traje un libro en mi bolso de mano, el Martín Fierro. Va a ser mi regalo para ese 1 japonés que reconoció el Hagakure. Extraño la comida y la bebida, abundante y barata. Sin elaboración ninguna. La comida se asa no se elabora, se asa y se come con un cuchillo filoso y nada más. Ni tenedores siquiera. Acá todo está cortado para agarrarlo con palitos chinos, o japoneses. Y lo peor, no existen botellas de litro. Son todas a la medida de la tolerancia alcohólica japonesa, 3 cuartos de litro máximo. Finalmente extraño y mucho las librerías de libros de segunda mano, donde se esconden los tesoros de más valor que existen en el universo. Acá solamente se encuentran libros nuevos, sin gusto a absolutamente nada.

16- Cómo es la televisión nipona?
Me encantaría saberlo. Sé por lo que he escuchado que es insoportable, peor que la televisión argentina. Que, en realidad, no es mala. Lástima que sea televisión. He escuchado al dueño de la habitación que estoy alquilando viendo la televisión, solamente logro distinguir gritos de chicas chicas. Niñas. Es sabido que la pedofilia acá no existe porque es algo normal, más allá de que esté censurada porque acá todo está censurado. Desde años de años que existe una moda típica japonesa que ahora además de una moda típica japonesa es una obsesión japonesa, lo "kawaii", lo que es amable. Ser más y más amable, rostro amable, voz amable, piernas amables. Y no hay nada más amable que una chica sobre todo si es una chica chica, es decir, "kawaii".

17- Se conoce a Argentina?
Hasta ahora todos saben del tango y de esos jugadores de fútbol cuyos nombres siempre confundo con marcas de zapatillas. Pero nadie sabe que existió Borges o Ezequiel Martínez Estrada, por ejemplo. Tampoco saben qué es un criollo o un gaucho. Ni qué es la caña criolla, obviamente. No, no conocen a Argentina en lo más mínimo. Algunos conocen Buenos Aires y creen que conocen a Argentina, no me sorprende. Hasta hay argentinos que creen que conocen a Argentina y solamente conocen Buenos Aires. En una de esas es una buena forma de empezar a conocerla.

18- Qué es lo más raro que viste desde que estás allí?
Lo más raro que vi fue a un entrerriano tomarse una botella de vodka y salir de excursión en una de las noches más frías del año con 100 pesos argentinos más unos pocos yenes para terminar hablando en un portugués bastante malo con una "bailarina" japonesa de Sao Paolo linda al extremo de la palabra, inefablemente hermosa digamos, que, aparentemente, le hizo un buen descuento porque el entrerriano pudo seguir de excursión en un par de "salones de masajes" chinos, que no son baratos, donde se entretenía provocando a los empleados, por lo general negros, y hablando con las "masajistas" chinas en un chino mucho mejor que su portugués mientras ellas le convidaban cigarrillos para que se sosegara un poco ese guacho entrerriano. Finalmente, al límite de la suerte del ser humano mortal, una de las "masajistas" chinas lo acompañó a tomarse un taxi. El taxista hablaba un poco de castellano.

19- Cómo es la noche de Tokio?
La noche en Tokio puede ser realmente excitante si uno conoce a la gente adecuada porque es cara a más no poder y siempre se cobra, por las buenas y por las malas. Pero si uno puede entrar a la noche es realmente fascinante, el movimiento es constante por más que estén fuera de servicio los trenes y los subterráneos. Lo que hace de la noche de Tokio una gran noche es que las japonesas son sin lugar a duda alguna las mujeres más lindas que existen y no tardan nada en entusiasmarse porque la histeria no existe en Japón. Con un vaso de vodka alcanza y sobra para animarlas a absolutamente todo.

20- Es posible para un argentino vivir allí? ¿Qué fue lo que primero sentiste al bajar el avión y ver a Tokio?
Es más que posible si se cuenta con una buena visa, lo que es desde el 2010 bastante difícil de encontrar. Más allá de eso, es posible para cualquiera vivir en Tokio. Es una ciudad cómoda, probablemente es la ciudad más cómoda del mundo. Ignoro cómo puede vivir un japonés afuera de este lugar. Pero el 2010 fue un mal año y desde entonces son uno peor que el otro, para que un argentino viva acá al menos. Sobre todo para uno que está sin visa y que solamente es argentino porque, qué es esa atroz infamia de tener "doble ciudadanía". A lo mejor es como ser hermafrodita, algo así imagino. Al bajar del avión sentí una cosa solamente, la ciática. Hasta ahora la siento.

21- Cuando dejes Japón qué es lo que vas a extrañar de ese Imperio?
No voy a extrañar en lo más mínimo el servicio de transporte público o la comida y la bebida. Tampoco la noche. No voy a extrañar en lo más mínimo las librerías siempre llenas de libros nuevos ni a la nieve que está cayendo sobre toda la ciudad ahora mismo. Extrañaré a los amigos que encontré en este lado opuesto del mundo y, por sobre todas las cosas, extrañaré a no poder más a las japonesas. Realmente no sé qué es peor, si vivir sin haberlas conocido o si vivir habiéndolas conocido. Lo que sí sé es que en mi inevitable retorno va a ser más que difícil que encuentre atractivo alguno en las argentinas y su histeria. Pero, me esforzaré porque ellas también merecen ser amadas, a veces.

PS: adjunto la única fotografía que he sacado de Tokio, desde la habitación donde se extienden mis pesadillas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Leo, me entere de tu pagina el dia de hoy, la estuve leyendo y me encanto. Como siempre un gran abrazo a la distancia, un admirador. Jorge (compañero de viaje al sur)

gra barbagelata dijo...

Estimados entrevistado y entrevistador,me ha gustado enormemente habar leído la entrevista
publicada.
Tanto las medulosas preguntas ,como las profundas y esenciales respuestas,me re atraparon en su lectura.
Siento que avisoro un sendero de luz para ambos.
Besos Blas y Leandro por este placer.
Gra barbagelata (la Tía)grabarbagelata@hotmail.com

gra barbagelata dijo...

Espero comunicarme con Uds.
Besos
Gra Barbagelata
grabarbagelata@hotmail.com